Adoro la internet, puedes insultarte, patalear, regurgitarte y comerte vivo a quien quieras sin dar la cara, puedes ser cobarde, estúpido, el mas inteligente e incluso el mas intrépido, puedes asta ser noble, mentiroso o ser la persona que tu quieras, puedes morir, revivir, irte o regresar, puedes hacer lo que se te antoje con tan solo un pinche “¡click!”, puedes hacer lo que te de la gana… aa pero eso “si eres joven o no tienes conciencia”, pertenezco al clan joven, pero opto por el lado de la conciencia, soy un tanto conservadora en ciertos aspectos, créanlo o no.
No lloren nenas, no hablare mal de quien fuera en un tiempo mí más y absoluta influencia en el arte creativo y musical. No, no soy tan cobarde, como dije antes, la conciencia es como una vieja egoísta y bastante pesada que me oprime a abstenerme de socavar al sujeto. Como consecuencia, sigo respetándolo y admirándolo en muchas otras perspectivas, después de todo “somos seres humanos”, imperfectos, llenos de errores, él no es la excepción.
Pero vallamos al asunto en si, Gerard Way, Arthur, gee, ex novia de MacCracken, the lord, principe emo, the best, ex gordito, o como quieran llamarle, solo para nombrar algunos nombres y apodos, la leyenda, el arcano, para mi… simplemente “Way”.
En un principio, ¡un completo enigma el chico!, bien, bien, bien, ya conocen toda la historia, deben estar asta la ostia; nació el nueve de abril del 77, en Newark New Jersey, el trauma de niño, los muertitos, la caricatura , el 11 de abril, artes visuales etc, bla bla bla blagh! Ya se saben todo el cuentecillo (Esto, nada más para ser más breves y no omitir sus datos ya que son de importancia aunque parezca insignificante).
Para muchas locas por allí, un príncipe azul, para otras, un sueño hecho realidad, para algunos, una completa decepción, para ciertas personas, un gran tipo, y para uno que otro venezolano que “dicen” conocerle “¡el tipo es burda pana!”.
Y si, lo admito, ¡tuve mi etapa obsesiva por el! No lo niego ni me avergüenzo, para mi situación de niña, el era en lo sumo perfecto asta el infimo he insignificante detalle. Nunca me gustaron los niños lindos del colegio, ni los cantantes de moda, (aclaro: cuando conocí MCR, ni si quiera había llegado su música a latino América, en pocas palabras “no estaban de moda ni eran comerciales, mucho menos conocidos”), tampoco captaban mi atención los artistas y actores, en ese absurdo estado adolescente el único que parecía cuerdo y adecuado para mis gustos estrafalarios era Way, pero esa es otra historia.
He escuchado bastantes comentarios, como por ejemplo “es bastante pato”, “¡oooh admirable!”, “muy buen músico”, “es un artista puro” “me cae mal”… millones… “bastante extraño pero talentoso”, “¿aún no se ha declarado gay?”.
He conocido muchísimas personas que dicen sentirse decepcionadas, e innumerables que dicen sentirse genial diciendo que escuchan la música "su música".
Básicamente el hombrecillo, aunque amado u odiado, se ha trasformado en todo un icono de esta década, difícil de admitir para quienes les duela, delicioso escucharlo a quienes lo veneran, ya nombrado artista de culto, ¡todo un personaje!, no solo por ser tan buen artista y trabajador esmerado (para satisfacer la demanda de sus crecientes discípulos), si no también por su dedicación y por su tan parasita existencia que se ha tornado fastidiosamente deliciosa, es uno de los pocos que pueden decir “hey bitch, am the best! mientras se mofa gustoso de los berrinches ajenos.
Mantengo mi posición neutral ante este tema, porque no lo odio, ni lo adoro, pero si “lo respeto y lo admiro”.
Es muy curioso saber cuanto escándalo se produce en una conversación al mencionar su nombre, ya sea para desestimarlo o para amarlo… nadie lo niega “saben quien es”.

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